Los limites
Me preguntaron en estos días mi opinión acerca de los problemas de los adolescentes en cuanto a sus excesos con el alcohol o drogas y los disturbios que promueven cuando salen de los boliches… ¿cuál es el límite para sus impulsos violentos? ¿Está bien la forma de poner freno a las agresiones a través del control policial? ¿Será excesivo el celo policial por restaurar el orden público? ¿Qué ocurre con las familias de estos chicos y chicas?
Evidentemente cuando se hace necesario recurrir a las fuerzas del orden es porque en la familia o en esa sociedad no es lo suficientemente continente para la necesaria diversión y expansión de sus miembros. Allí donde se ejerce la justa autoridad ,resulta suficiente como control a lo desmedido.Voy a recurrir a citas de Psicoanalistas para encontrar respuestas a estas preocupaciones: -La falta de límites en los adolescentes y cómo poner límite a los límites de los mayores.Se considera que uno de los factores que más enturbian las relaciones entre padres e hijos hoy sería cierto desinterés que haría que los adultos no se preocupen de poner límites, necesarios siempre y cuando "no vayan unidos a una idea de represión culposa"En los chicos de hoy no es tan frecuente el sentimiento de culpa, asegura Milmaniene, y eso los expone más a la sanción social. Un niño que no respeta a sus compañeros y arremete, hace que, recaiga sobre él la sanción de la institución, y la de sus propios compañeros. Es decir si no se tienen límites, alguien los va a poner ( por ejemplo la Policía con sus métodos a veces cuestionados)"Hoy vivimos en una sociedad en la que ha habido enormes progresos en la figura de la maternidad y de la paternidad. Hay padres que dialogan más, mayor intimismo, menos represión innecesaria, menos goce en el castigo, menor culpa frente a la sexualidad, se dialoga más, se plantean mejor los problemas, y todo esto es muy bueno -explica el doctor Milmaniene-. Lo que creo que no es tan bueno es la falta de límites necesarios para la subjetivación." (Se refiere a que el adolescente debe desarrollar una cierta autonomía, un mundo interior propio entre lo intrapersonal y el mundo exterior)"Pero la puesta de límites es excesiva cuando se vuelve autoritaria, violenta [y, sobre todo], cuando no son producto de una necesidad del niño sino más bien de los complejos, de los narcisismos y de los conflictos irresueltos de los padres", define Milmaniene.Puede que el adulto tenga un modelo de crianza muy autoritario por el tipo de educación que recibió de niño. También es frecuente la reacción contra ese modelo recibido y sufrido en carne propia. E irse al otro extremo: dar a los hijos "una libertad sin ley, sin puesta de límites; un hedonismo a ultranza"."Es tan negativo para el desarrollo psicosocial del niño el exceso de represión autoritaria, que se veía en otra época, como la falta de ley y de límite que se ve en la posmodernidad", resume el especialista en este sentido."La puesta de límites es excesiva cuando se vuelve autoritaria, violenta [y, sobre todo], cuando no son producto de una necesidad del niño sino más bien de los complejos, de los narcisismos y de los conflictos irresueltos de los padres", define Milmaniene.Puede que el adulto tenga un modelo de crianza muy autoritario por el tipo de educación que recibió de niño. También es frecuente la reacción contra ese modelo recibido y sufrido en carne propia. E irse al otro extremo: dar a los hijos "una libertad sin ley, sin puesta de límites; un hedonismo a ultranza"."Es tan negativo para el desarrollo psicosocial del niño el exceso de represión autoritaria, que se veía en otra época, como la falta de ley y de límite que se ve en la posmodernidad", resume el especialista en este sentido.El tema es, castigar sin sadismo, eso es lo perverso: el goce que siente cierta gente castigando a otra, hacer sufrir a otro lo que ellos sufrieron pasivamente en su infancia. La cuestión reside tanto en los padres como en las fuerza de seguridad en asumir con dignidad y responsabilidad la imposición de la ley, en forma humana."Los padres maternizados, o situados en posición fraterna o meramente amistosa, sin contundencia para transmitir la palabra de la Ley y sin capacidad para sostener la dignidad de su jerarquía, pueden generar quizás el amor ¿enfermizo? en sus hijos, pero jamás el respeto, que es la categoría central del reconocimiento intersubjetivo ( o sea reconocer al otro como sujeto)Dejamos estas reflexiones por hoy y continuaremos, sería bueno si alguien puede contribuir con ideas u opiniones acerca de estas dificultades en la administración de la autoridad.Bibliografía: Milmaniene, José: "El goce y la ley". EUDEBA.Lic. Ana Zanini. MP 138
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios