Terapias actuales en las nuevas patologías
En el siglo 21, cuando aparecen cambios culturales, de valores y de nuevas formas de vida, también surgen nuevas subjetividades, nuevas adicciones y nuevas patologías. Si en otro siglo se hablaba de histerias, con la globalización vienen más patologías del desvalimiento aparecen en el nuevo escenario. Una cosmovisión acerca de las problemáticas inherentes a la Clínica de las Patologías del Siglo XXI permite aseverar el incremento de fenómenos imbricados en un déficit del desarrollo narcisista que se concatenan con angustias masivas que atraviesan la subjetividad. Se observan:
- Vivencias de vacío- Escisión yoica- Borramiento de la identidad- Desorganización de la personalidad- Sintomatología difusa y variada.- Caracterología inestable y escindida- Patología dual: coexistencia de trastorno psiquiátrico y adicciónEsto constituye un desafío para los profesionales de la salud mental.O. Kernberg alude que, ante la ausencia de un yo cohesivo y de mecanismos de defensa evolucionados, las adicciones se perfilan como un cuadro clínico que no se lo puede ubicar dentro de una única estructura psicopatológica, por las características pendulares y síntomas heterogéneos, a veces se lo considera entre los Trastornos Narcisistas y otras veces asociados a cuadros de Psicosis. Se observan indicadores de conducta tales como: -afectividad exagerada pero sin descarga de afectos, intolerancia a la frustración e impulsividad, grandiosidad del self (sí mismo), aislamiento narcisista, sometimiento omnipotente o rebeldía desafiante.Este circuito adictivo se observa tanto en la ingesta de sustancias psicotrópicas o en los diversos tipos de socio-adicciones y genera: Ansiedad generalizada, intoxicación afectiva, síntomas hipocondríacos, incapacidad de pensar o simbolizarEn el campo de la salud mental se visualiza un escenario donde la patología del desvalimiento está cada vez más presente, generando, una carencia representacional, una abolición yoica y una estasis (detención o lenta circulación), traducida en una retracción libidinal (encierro, aislamiento).El modelo teórico-clínico psicoanalítico en conjunción con otras teorías incluída la psiquiatría se apoya en los siguientes pilares: validación de la significación inconsciente de las palabras, actos, producciones imaginarias (sueños, fantasías, delirios, etc.) habilitando así la elaboración de las heridas en la subjetividad.Cuando Freud era joven y trataba de ligar los procesos mentales y neuronales no había conocimiento disponible sobre el cerebro para sustentar esa fusión. (Proyecto de una Psicología para Neurólogos, 1895). Por ello asistimos a un ensamble de las teorías dinámicas, con el Psicoanálisis y Neurobiología.En las últimas décadas la Neurociencia ha enfocado a las dinámicas emocionales de manera más fusional. La articulación entre el Psicoanálisis y la Psiquiatría contemporánea ha implicado un cambio de paradigma pues representa un eslabón multimodal para encarar en la praxis el sufrimiento psíquico.Con los avances en las técnicas de neuroimágenes se constató que los circuitos del dolor y la secreción de opioides internos y feromonas se modifican ante la expectativa creada por el "elemento- placebo".Estos cambios neurobiológicos se producen no sólo sobre la generación del dolor sino además sobre su percepción/ representación. Por lo tanto lo que está latente en los enunciados en un proceso terapéutico adquieren un valor de mensaje. La voz es un instrumento privilegiado para establecer una comunicación empática, hay una articulación entre lenguaje y afecto. El niño se conecta con sus propios estados pulsionales y afectivos cuando por ejemplo, por proyección se refleja en el rostro materno en una imagen especular y se ve a sí mismo; o también a través del preconsciente cuando éste ya logra constituir relaciones más complejas con su propia masa fónica.El bebé sintiéndose fusionado con la madre, percibe el mundo a través del ritmo de los latidos y de la melodía del movimiento corporal materno.El término "líneas melódicas", si bien no es un término psicoanalítico, se podría incluir como un referente lingüístico relativo a la entonación. La voz parental, le sirve para siempre al niño para conectarse consigo mismo. En determinados padecimientos intrasomáticos como ser: dificultad para conciliar el sueño, duermevela durante gran parte de la noche, éstos suelen apelar al canturreo de canciones infantiles, buscando un "acuna miento auto calmante".De esta manera regula sus estados intracorporales para lograr así su equilibrio. La voz como objeto sonoro posee elementos constitutivos que adquieren un valor de tipo emocional, en la medida en que a través de ella se ponen de manifiesto las emociones inconscientes. Por tanto, a mayor amplitud del espectro de percepción habría mayores probabilidades de alcanzar un crecimiento psíquico.Comprender el lenguaje de los adictos, acotado porque su mundo fantasmático se encuentra empobrecido de simbolizaciones, le demanda al terapeuta un estado de especial receptividad en su escucha. Especialmente porque no se dejan querer.-Los pacientes con patologías severas, incluyendo las patologías duales y adictivas se caracterizan por un discurrir peculiar con rasgos ostensibles que se despliegan en una dimensión donde operan "restos tóxicos pulsionales".En este tipo de personalidad predominan mecanismos arcaicos, ligados a un yo precarizado y lábil; de ahí que necesitan adherirse a un objeto investido de placer .Es ilusorio ,pues jamás será el originario .Buscan recrear lo que una "primera vez" existió .-Pero en lo sucesivo es solo una ilusión quimérica , lo que prevalece ahora es "el efecto placebo".-Autor: Dr. Norberto Schenquerman Fuente: IntraMedFreud, S: Obras Completas, Amorrortu, Bs. As., 1990.Gabbard, G.O: La Psiquiatría Psicodinámica en la Práctica clínica, Edit. Med.
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