Día de la Recuperación de la Democria
“Debemos aspirar al ideal para mejorar las condiciones políticas del sistema”
El 30 de octubre de 1983 en Argentina se recupera la Democracia. Vivir en democracia es una situación normal para muchos chicos y jóvenes. Sin embargo, y lamentablemente, no ha sido una constante en la historia de la Argentina. El 30 de octubre de 1983 fue un día histórico para nuestro país. Ese día volvieron a ser las urnas, como medio canalizador de la voluntad popular, las encargadas de elegir a nuestros gobernantes.
"El Debate Pregón" adhiere a esta conmemoración con el aporte de la Licenciada en Ciencias Políticas, Sra. Nuria Guerscovich, egresada de la U.B.A, y que actualmente se desempeña como docente en el Profesorado de Ciencias Políticas del Inst. "Adveniat", en el Prof. de Geografía del Inst. "Luis. F. Leloir" y en la Facultad de Humanidades, Artes y Cs. Sociales, Prof. en Teatro, U.A.D.E.R., Gualeguaychú. El 30 de octubre se celebra el "Día de la Recuperación de la Democracia", en recuerdo de la recuperación del Estado de Derecho, conseguida en el año 1983. No es una fecha más, ya que marca un punto de inflexión en nuestra historia democrática, tras el desastre de Malvinas, y luego de siete años de interrupción democrática, es el retorno a la normalización institucional. El régimen militar silenció las fuerzas democráticas, sean éstas políticas, sociales, culturales y laboral-sindicales, con el objetivo de someter y silenciar cualquier voz incompatible al nuevo régimen. Se da inicio así el proceso autoritario más sangriento que registra la historia de nuestro país. Estudiantes, intelectuales, profesionales, sindicalistas fueron secuestrados, unos asesinados, otros se exiliaron y muchos simplemente "desaparecieron". La censura, la represión ilegal, la tortura, la apropiación de chicos, la suspensión de la actividad política, la intervención de los sindicatos; la disolución del Congreso y los partidos políticos; la censura a los medios de comunicación, fueron "algunas" de las acciones del régimen militar. La victoria de Raúl Alfonsín, en las elecciones del 30 de octubre de 1983, abría el camino hacia la democracia; se convertiría en el primer radical en derrotar a un justicialista al vencer a Italo A. Luder. "Todos hemos recuperado nuestros derechos y entonces tenemos que seguir levantando las banderas de nuestra campaña electoral: de unión nacional, convivencia democrática, justicia social y ayuda fraterna", expresó tras ser elegido libremente. (Diario, La Vanguardia, 1983). Es muy probable que, dado el carácter breve de este artículo y la amplitud del tema relativo a la democracia, muchos aspectos de ésta no serán abordados, con lo cual sintéticamente se tratará sobre el concepto en sí de la democracia; los valores que pregona y la calidad de nuestro sistema actual. Desde la teoría de la democracia se ha intentado establecer bases comunes a partir de "definiciones mínimas" surgiendo diversos interrogantes ¿qué es la democracia? ¿Hay distintos tipos de democracia? ¿Se puede establecer un principio esencial que la defina? ¿Democracia a "secas" o Democracia adjetivada? La democracia, puede ser vista y abordada bajo tres aspectos: como principio de legitimidad; como sistema político o como ideal. La democracia como principio de legitimidad postula que el poder deriva del "demos", el pueblo, y se basa en el consenso verificado, no presunto, de los ciudadanos. Sin embargo como en todo régimen el problema del poder no es sólo de titularidad; es sobre todo de ejercicio. La democracia como sistema político tiene relación con la titularidad del poder y el ejercicio del poder; la democracia directa concebida en la Grecia antigua es impensable a medida que aumenta demográficamente la población (la ciudadanía) haciendo necesario separar la titularidad del ejercicio; surge así la democracia representativa. El poder se transmite por medio de mecanismos representativos. La democracia como un ideal: el que la democracia real diste mucho de representar el espíritu de la democracia en sentido estricto, no quiere decir que no haya democracia. En todo caso, no hay que conformarse con la situación actual, sino aspirar al ideal. La utopía no es una quimera, sino el espejo en que hemos de mirarnos para mejorar las condiciones políticas del sistema democrático (Sartori, 1987).Estos aspectos dan cuenta de la importancia del desarrollo de la democracia y como éste coincide de manera progresiva con la ampliación creciente de los derechos políticos, formando una voluntad colectiva; entonces NO podemos sintetizarla en una mera ecuación demos + Kratos- gobierno del pueblo- ya que la soberanía popular brega y representa una pluralidad de convicciones, valores - libertad, igualdad, tolerancia, pluralismo, participación, garantías individuales- y conductas en una sociedad en constante cambio.Tampoco PODEMOS pensar que la "recuperación de la democracia" en Argentina, nos asegura la calidad de la misma. Argentina constituye una nueva especie de democracia en el sentido de que cumple con los criterios establecidos por R. Dahl para definir una poliarquía, sin embargo la crisis social y económica heredada y no superada de años anteriores refuerza ciertas prácticas y concepciones que debilitan el ejercicio legítimo de las instituciones políticas democráticas. La democracia argentina acentúa y agudiza la hipertrofia del sistema presidencialista. O´ Donnell llama a este tipo Democracia Delegativa (DD) para diferenciarla de la Democracia Representativa. Las DD se sustentan en su baja calidad institucional. El respeto a la ley, la rendición de cuentas, la accountability horizontal e interestatal, no son signos de este tipo de democracia. La práctica de los líderes delegativos se construye como la misma encarnación de la nación, quien vela por los intereses de todos; la rendición de cuentas a los poderes legislativo y judicial son casi nulas, esto se traduce en un intento permanente de subordinar, suprimir o cooptar esas instituciones.En las DD, los partidos políticos, los medios de comunicación, las diversas organizaciones sociales aún son libres de expresar sus ideas, no obstante hoy tenemos que ser cautos a la hora de hacerlo ya que la exacerbación de los comunicadores sociales está provocando en la ciudadanía una constante polarización y altos grados de violencia social. Tal vez sea tiempo de afianzar los valores democráticos en nuestra práctica cotidiana independientemente del gobierno de turno.El problema de la democracia, de sus características y de su prestigio (o de la falta de prestigio) es, tan antiguo como la propia reflexión sobre las cosas de política (Bobbio: 2008)"Lic. Nuria V. Guerscovich
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