La Parroquia San Antonio es arquitectónicamente una de las más bellas del país y, más allá de su valor especial para los católicos, constituye todo un símbolo de la ciudad. Ya hace un tiempo que una comisión Pro Templo se está encargando de llevar adelante, con la colaboración de mucha gente, instituciones y empresas, las reparaciones en su interior. Pero su exterior necesita especial atención, obra que demandará un alto costo. Ya se ha estado haciendo un relevamiento técnico y se ha tomado contacto con varias empresas que realizan este tipo de trabajos, estando a la espera de presupuestos. Pero, ¿cómo financiar la obra? Por lo pronto se ofrecerá un bono contribución para no depender sólo de los subsidios que se tramitan. Es interesante poder generar la colaboración de toda la población. Sobre este tema nos habla el Padre Pedro Brassesco.
Un poco de historia"La Parroquia San Antonio fue erigida como tal por el entonces obispo de Buenos Aires, Mons. Sebastián Malvar y Pinto, el 3 de julio de 1.780. Meses más tarde se hace cargo de la misma el primer párroco, Francisco Andrés de Quiroga y Taboada, un sacerdote español que se desempeñaba en Santa Ana, Alto Perú.En 1783, al fundar la Villa del Gualeguay Grande, Rocamora puso especial dedicación en la construcción del templo, con precarios elementos, en el mismo lugar donde se encuentra actualmente. Se trataba de un rancho decorado que pronto sufrió diversos deterioros y por eso el vecindario se preocupó por levantar una nueva edificación, pero la obra no llegó a concluirse y se fue postergando indefinidamente la materialización del anhelo de contar con una iglesia.Después de 1.862, cuando Gualeguay iniciaba un despegue económico significativo, los fieles comenzaron las obras de la actual iglesia de San Antonio. No sería fácil alcanzar su culminación ya que se trataba de una obra ambiciosa, acorde con el crecimiento de la ciudad. Se trabajó durante muchos años, con algunas interrupciones y varias dificultades, renovándose la colecta pública y los esfuerzos para concretar el proyecto.El impulso definitivo lo tuvo en 1881 a partir de una Comisión Pro Templo organizada por el nuevo párroco, el P. Juan Vilar, quien, a pesar de las oposiciones y dificultades, llevó a cabo el levantamiento de la nueva iglesia. La obra fue encargada al arquitecto Pedro Luzzetti de Buenos Aires. Luego de presentar varios esbozos se decidió por uno, el cual está descripto en el correspondiente libro de actas de la siguiente manera:"de tres naves de 40 varas de longitud y 21 de latitud... el frontis sería de una arquitectura gótico-alemana con una torre central que, formando juego con otras dos correspondientes a las naves laterales, formaría bellísimo aspecto, principalmente porque el atrio no sobresaldría del frontis"El 13 de junio de 1.882, día de San Antonio, al cabo de un largo proceso de construcción, se procedió a impartir la bendición al nuevo templo, el cual no estaba definitivamente concluido. Por eso los trabajos de recolección de fondos y continuación de las obras continuaron durante las primeras dos décadas del siglo XX hasta adquirir las características actuales. El templo es una cruz latina con tres naves, presenta una edificación simétrica y tiene tres puertas de acceso, treinta y ocho columnas de estilo dórico adornan su interior y cuatro mazos de pilares sostienen, en el centro del crucero, la estructura que se preparó para levantar una cúpula.El frente mantiene la torre central, alta y esbelta, de 53 metros de altura, flanqueada a sus lados por otras dos torres más pequeñas, amalgamando un conjunto de muy particulares características."La Parroquia en su Bicentenario"En 1980 se conformó una comisión para la restauración del Templo, en vistas a las celebraciones del Bicentenario de la Parroquia, conmemorado el 22 de noviembre del año siguiente. Se realizaron tareas de reparación edilicia y puesta en valor interior y exterior de las pinturas del templo, lo que hizo que la Iglesia San Antonio resplandeciera como uno de los edificios religiosos más bellos de toda la provincia. La colaboración de la ciudadanía, con el apoyo de los gobiernos municipal y provincial de entonces, permitió recobrar el esplendor de este templo que es un ícono de la ciudad. Se recordaban en aquel momento las palabras del P. Vilar pronunciadas en 1881 cuando decía: "Yo estoy seguro que Gualeguay dará prueba de la largueza y generosidad de sus hijos, como así mismo de su cultura y religiosidad, como un pueblo que no está en decadencia y sin virilidad".Ya es tiempo de que realcemos su belleza"Más de treinta años después, y teniendo en cuenta los deterioros lógicos producidos por el paso del tiempo, consideramos que es el momento de volver a encarar las obras necesarias para devolver al Templo de San Antonio la belleza particular que lo caracteriza.En diversas oportunidades hemos recibido la inquietud de numerosas personas deseosas de ver a la parroquia en todo su esplendor, manifestando su deseo de colaborar. Por ello, desde hace un tiempo, hemos conformado una Comisión Pro Templo con el objetivo de evaluar los requerimientos necesarios para la puesta en valor del exterior del templo y considerar las posibilidades de financiar dicha obra. Se han realizado los relevamientos y estudios técnicos correspondientes para analizar las obras necesarias y se ha solicitado presupuestos a varias empresas competentes en el rubro.Paralelamente estamos comenzando una campaña de recolección de fondos ya que para el inicio de las obras se necesita contar con un porcentaje del presupuesto que se acuerde. Hemos lanzado un Bono Colaboración de $ 1.000 por medio del cual la ciudadanía puede contribuir mediante el equivalente a 10² del costo de restauración y pintura. También se iniciarán contactos con organizamos oficiales y empresas de la ciudad y la región para solicitar su apoyo.Entre todos podremos lograr que la Parroquia San Antonio continúe siendo una postal que refleje e identifique el pasado y presente de la ciudad de Gualeguay."