Dr. Bernardo "Cacho" Gandini
Nietos y bisnietos tendiendo puentes de amor...
¿Cómo ayudar a los abuelos, a entender la complejidad del hoy? 1ª Entrega
¿Quiénes sufrieron más la pandemia de COVID 19? Sin dudas los adultos mayores están entre ellos, por diversos motivos. Las inseguridades de la edad van siendo una condena progresiva: pertenecer a jubilados con haberes mínimos a pesar de los aportes, comprender menos los rápidos cambios en la sociedad y la vida los aleja del sentido de pertenencia a ese mundo. Estos sentimientos tienen una lógica por el modelo educativo responsable de principios y valores. La jubilación, que era descanso y disfrute del abuelazgo en plenitud, pasó a ser la etapa de más problemas. ¿Para qué haber cumplido tanto con el trabajo, dejando de lado tantas otras cosas? La vida estaba dominada por la estabilidad que, salvo en las devaluaciones de la moneda, era expresión de seguridad sostenida por el compromiso de la palabra empeñada. Muchos nos dimos cuenta que ese rumbo era difícil de sostener; la primera desilusión fue no esperar con ansiedad los 6 de enero, y la segunda fue tirar las estampillas de libreta de ahorro de primero superior… porque ya no valían más. Lamentablemente no lo reconocí en un panorama más amplio de la existencia para adaptarme a otra realidad. Crecí y maduré sabiendo que había que aprender hasta determinada edad y luego ya no era necesario. Para eso en la plenitud laboral, por mi personalidad y las marcas del “deber ser”, trabajé postergando entornos afectivos y familiares sin haber tenido en cuenta, que eran más importantes que lo imaginable. La forma de vida de muchos llevó a un futuro no demasiado halagüeño en que la “frutilla de la torta”… es la pandemia de COVID 19. ¡Menos mal que había aprendido que los cambios siempre son posibles!
El nuevo título, “categoría de riesgo” para gravedad de la gripe, lleva a extremar cuidados para evitar el contagio. Las medidas efectivas de aislamiento y distanciamiento social, se contradicen con las colas que hay que hacer. En Buenos Aires casi hubo que pedir permiso “los más 70” para salir a hacer las compras; todo parece chocar con la costumbre de valerse por sí mismo en los trámites personales.
Los cambios rápidos son muy difíciles cuando no hay nietos o bisnietos que se mueven como peces en el agua, dispuestos a enseñar cómo se puede ir viviendo menos a contramano de la evolución. Si no se produce el cambio de visión, las ayudas “parecen salvavidas de plomo”, porque no se comprenden. Lo que dicen nuestros chicos es claro, porque hablan con el corazón y cuando te saben enseñar, se puede hasta empezar a dudar de las antiguas certezas… El ir aflojándose hace dejarse ayudar y hasta empezar a disfrutar un poco.
“La salud es la mayor posesión. La alegría es el mayor tesoro.
La confianza es el mayor amigo”.
Lao Tze