SALUD Y BIENESTAR
SE ME INFLAMA EL VIENTRE O SE ME HINCHA EL ABDOMEN…
Hoy me ocuparé de un motivo de consulta muy frecuente, sobre el que hay cierta confusión. Con esta expresión tan gráfica, las personas llegan refiriéndose a un síntoma bastante molesto, desde el punto de vista sensorial y estético; deben aflojar sus ropas y los cinturones porque el aumento de la sensibilidad que los vuelve intolerables; desde la estética la prominencia del abdomen hace que les preguntan frecuentemente, si están embarazadas.
En algunos casos se confunde la distensión con aumento de grasa abdominal, que puede ser por aumento de peso. Cuando llegan a la consulta, se debe diferenciar si la sensación, que SIEMPRE es real, es solo subjetiva u objetivable por el examen, porque su significado es diferente. Con frecuencia, el hallazgo de una distensión abdominal, es por aumento del contenido en aire, dentro de diferentes sectores del aparato digestivo. Las causas por las que esto puede producirse son múltiples, y deben ser detectadas en los “actos médicos”; es el razonamiento médico adecuado, a partir de las respuestas de las/os pacientes, el que va acercándose o alejándose, de las posibles causas. Es la comunicación clara, en el contexto de un vínculo médico-paciente confiable, la que puede lograr la paciencia necesaria, hasta que se llegue al diagnóstico; el tiempo de observación que insumen algunas causas, si no es comprendido por quien lo padece, lo/la llevan a usar diferentes sugerencias de auto-medicación o prescriptas por profesionales; estas no siempre provienen de la racionalidad suficiente para ser medidas seguras o de eficacia comprobada. Es en la desesperación, en que se construyen algunos “mitos populares”, que se trasmiten en ciertos ambientes; quienes lideran las tareas no médicas, no lo debieran hacer, pero prescriben tratamientos. Desde que una actriz compartió en los medios de comunicación que padecía de SIBO (Small Intestinal Bacterial Overgrowth o Sobre-crecimiento bacteriano de intestino delgado), casi todos/as quieren padecerlo; por esta razón llegan con planes alimentarios restrictivos, prescriptos por diferentes profesionales no médicos. En un país como el nuestro, donde alimentarse es caro, estos planes, no siempre justificados, los son más aún.
El orden correcto frente a un problema de este tipo, es la consulta médica en primer lugar; en el caso de tener que realizar algunas observaciones, se deben plantear con criterio científico para obtener alguna conclusión válida; el/la médico/a deberá coordinar la intervención del resto de los integrantes del EQUIPO DE SALUD, participantes en cada caso particular, para un enfoque integral FÍSICO-MENTAL-SOCIAL… Dr. Bernardo J. Gandini