A la hora de hablar de un violinista en Gualeguay uno no puede más que referirse a Rafael Lucardi, más conocido como “Bubi” por sus amigos. Además de ser excelente intérprete, Rafael también es autor de obras musicales como “De cielo y tierra”. Fue maestro de violín en la Escuela de Música de nuestra ciudad durante 3 años y participó de diferentes conjuntos musicales que ya forman parte de la historia de nuestra localidad. Con uno de estos conjuntos, llamado "Corrientes y Esmeralda", grabó un material musical y recientemente participó con sus melodías del disco “Estudiando…canciones en boca de todos”, producido por el músico local Hugo Mena. En esta edición de Soy Parte, el violinista nos cuenta parte de su historia musical, sus experiencias y anécdotas.
-¿Cómo comenzó en la música?Empecé a los 13 años, salvo un lapsus desde los 30 a los 52 años que colgué el violín porque yo venía de Buenos Aires donde fui a estudiar y trabajar creyendo que podía perfeccionarme pero no pude porque necesitaba una beca que no conseguí por lo que al volver me desilusioné. Luego, a los 52, yendo a la iglesia el organista del templo, Gerardo Delaloye, y el cura Kemerer hicieron fuerza para que yo empezara otra vez con el violín por lo que comencé de nuevo tocando en casamientos.-¿Por qué le interesó este instrumento en particular?Yo escuchaba las grabaciones de los conciertos de violín y a mí me embelesaban, me transportaban a otra cosa. Cuando yo tenía 13 años repartía leche en la calle y sentí un violín en lo de Lino Rocchi, un conde que había venido de Italia y vivía a media cuadra del restaurant Italia de Gualeguay, y averigüé, le pagaba con la leche que le llevaba por mes y ahí estudié un buen tiempo, continué en Buenos Aires donde estudié un año y dos meses, pero después seguí aprendiendo de manera autodidacta.Todos los días practico unos cinco minutos, me han venido a invitar para que toque en casamientos pero ya no lo hago porque me canso con mis 82 años. Anteriormente era frecuente tocar en los casamientos, lo hicimos en muchísimos, más de una vez con diferencia de media hora de tocar en una iglesia y luego en otra.LEA MÁS EN LA EDICIÓN EN PAPEL