A 50 años de su asesinato
“El mito Kennedy aún está vivo”
Hoy se cumplen 50 años del asesinato de John Fitzgerald Kennedy, trigésimo quinto presidente de los Estados Unidos. El asesinato de John F. Kennedy tuvo lugar el viernes 22 de noviembre de 1963, en Dallas, Texas, Estados Unidos, a las 12:30. Fue el cuarto presidente de EE. UU. asesinado (con Abraham Lincoln, James Abram Garfield y William McKinley), y el octavo que murió en ejercicio de sus funciones.
John Kennedy fue mortalmente herido por disparos mientras circulaba acompañado por su esposa en el coche presidencial en la Plaza Dealey. Tres investigaciones oficiales concluyeron que Lee Harvey Oswald, un empleado del almacén Texas School Book Depository en la Plaza Dealey, fue el asesino. Una de ellas concluyó que Oswald actuó solo y otra sugirió que actuó al menos con otra persona. El asesinato todavía está sujeto a especulaciones, siendo origen de un gran número de teorías conspirativas.Los periodistas que cubrieron de cerca el asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963 sintieron terror, caos y que un tsunami de información se les venía encima, en una época en la que tenía una historia aquel que dispusiera de un teléfono para contarla.Ese asesinato fue un "momento crucial" en la historia del periodismo estadounidense, igual que el ataque japonés a la base de Pearl Harbor en 1941 y los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, como recuerda Gil Klein, profesor de la American University. Para los medios locales la visita de Kennedy a Texas "era la gran historia del año", porque en esa época los presidentes no viajaban mucho, y menos en compañía de la primera dama, en este caso Jacqueline Kennedy. Jim Lehrer, entonces reportero del Dallas Times Herald relata así lo acontecido ese día: "Aunque había estado lloviendo en Dallas, el día amaneció despejado y Kennedy rechazó que la limusina en la que se iba a desplazar tuviera algún tipo de cubierta, porque no quería que la gente lo viera bajo un cristal." Esa atmósfera previa de euforia ciudadana y tranquilidad en lo relativo a la seguridad hizo que lo que ocurrió fuera "un shock para todos, absolutamente sorprendente, y que nadie entendiera lo que estaba sucediendo y por qué" según lo relató Bob Schieffer, quien era entonces, con 26 años, un reportero novato en el diario Fort Worth Star Telegram. Sid Davis, corresponsal de radio para Westinghouse, iba en uno de los vehículos de prensa de la caravana presidencial cuando escuchó los tres disparos, como "tres explosiones", que salieron del rifle de Lee Harvey Oswald y enseguida vio a la gente "corriendo y gritando". Marianne Means, columnista retirada del periódico Hearst y la única periodista mujer que iba en el vehículo de la prensa aquel día, recuerda casi la misma escena: "Un coche vacío que estaban tratando de limpiar". Como miembro del pequeño grupo de periodistas que cubrió la improvisada investidura de Lyndon B. Johnson como nuevo presidente en el Air Force One de camino a Washington, y marcó "el coraje del futuro inquilino de la Casa Blanca, así como el de Jackie Kennedy, impertérrita a su lado con su traje rosa aún cubierto de sangre."Lea más en la edición impresa en papel
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