La médica neurocirujana cubana Hilda Molina visitó nuestra ciudad días atrás en el marco de un encuentro en el cual disertó en conjunto con el Dr. Abel Albino. En diálogo con nuestro matutino, Molina formuló expresiones referentes a la política y la sociedad.
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En ese sentido Molina indicó: "Creo que la sociedad está más violenta, además también muchas veces se promueve ésta a través de los medios. Cuando ocurre un hecho de violencia hay que decirlo, decir cómo se ayuda a prevenir eso, criticarlo, promover la justicia, que los culpables reciban la sanción pero también decir que si educamos en el amor y la paz estas cosas disminuyen. Yo le aplico el pensamiento médico a esto, es igual que en medicina donde se salvan muchas vidas vacunando, haciendo prevención, a veces se ven más las curaciones pero hay mucha gente que no muere y que no se enferma por la medicina preventiva. Hay que hacer más prevención del mal de la sociedad. Pienso que de éste somos todos corresponsables por acción o por omisión porque muchas veces criticamos la inseguridad, la corrupción, etc. pero no hacemos nada y cuando no hacemos nada para mejorar la sociedad por omisión estás siendo responsable. Por eso hay veces cuando me preguntan cómo hacerlo yo les pregunto si tienen hijos y cómo los están educando porque tenemos el primer deber de que quienes trajimos al mundo sean buenas personas".En otro orden de cosas la médica cubana señaló respecto a su país: "Ojalá pudiera decir una cosa diferente pero que el sistema castrista haya logrado hacerle creer al mundo que han cambiado es lamentable, no han cambiado, siguen siendo una dictadura ya que en Cuba hay presos políticos, se reprime la disidencia. A mí me felicitaron cuando los americanos reestablecieron las relaciones diplomáticas diciendo que Cuba iba a ser libre pero ¿desde cuándo las relaciones diplomáticas con los americanos le dan la libertad a un país? En realidad esas relaciones trajeron detrás el interés de los americanos por invertir allí y ya lo están haciendo al igual que los europeos; lo hacen asociados a la familia Castro y quienes trabajan para esas empresas, que para invertir en Cuba tienen que aceptar la condición que le impone esta familia de pagarles a ellos y luego éstos le pagan a los empleados , por ejemplo, a un empleado de una cadena de hoteles españoles de cada dólar que le correspondía a ese trabajador, ellos le dan 8 centavos de dólar y se quedan con 92. Eso se llama trabajo esclavo. Puede entenderlo en un país como la Argentina donde hay gremios, donde queman gomas en la calle cuando se violan los derechos de los trabajadores, allá no pueden protestar porque van presos, allá no hay gremios que los defiendan".