Edición Aniversario
Siempre es una buena noticia
Nuestro Debate- Pregón celebra 116 años. Y para festejarlos ha decidido hacerlo desde felices consignas: Hechos y personas que han hecho reflexionar e inspirarnos en la vida.
Si debo reflexionar sobre las personas que han servido de ejemplo inspirador en mi vida, la lista, encabezada por papá y mamá, seguramente no sería demasiado extensa, pero es probable que en la infidelidad de la memoria, involuntariamente algún nombre quedaría mirando desde afuera y la reflexión no sería entonces válida. Se perdería a mitad de camino. ¿Los hechos que han dejado huellas en nuestra vida? Todos. Desde que el primer berrido nos permitió tomar oxígeno ganándonos el premio de habitar ese pedazo de vida que nos corresponde, todos los hechos, cotidianos o extraordinarios, propios o ajenos, cercanos en la noticia pueblerina o lejanos en un acontecimiento mundial, todos los hechos dejan en nosotros una marca, una impronta que nos puede llevar (o no) a la reflexión, pero después de los cuales ya no somos los mismos porque el intelecto y la emoción se sacudieron con ellos. Incluidos aquellos que descansan en el fondo del enorme océano de olvido en que los hundió la memoria. Pero hay objetos que incluyen en ellos hechos y personas que nos marcan desde tiempos inmemoriales porque contienen todas las emociones: las intelectuales y las espirituales. Suponiendo que puedan separarse. Ese objeto es el libro. Resultado de la entrega de una persona a una vocación, a un servicio. He ahí personas que nos marcan en la vida. Los escritores y su obra: los libros. Esa obra que inspira al hombre desde los ancestrales amuletos de Babilonia con sus inscripciones, desde los rollos de papiro fabricados con la corteza de los cañaverales del Nilo hasta las recientes ediciones de libros sobre hechos políticos o farandulescos de momentismo absoluto, que pueden interesar o no, pero que ahí están como prueba del entusiasmo iluminado de quien quiso dejar testimonio de un suceso de hoy. Cuando miro la montonera de libros alineados, sin aparente orden, en los estantes de mi biblioteca veo en ellos a sus autores y en sus autores la cantidad de personas que, desde geografías remotas, desde otros tiempos, o contemporáneos, sin imaginarlo, ignorándolo, han influido en mi vida y me siguen inspirando porque a esos libros los leo, los marco con lápiz (o con birome, si el lápiz no está a mano y urge apresar el concepto que el escritor me alcanza) y acaban por ahí medio descuadernados (descuajeringados decía el gran Antonio Di Benedetto), entonces es casi lo mismo que conversar con los que dejaron horas de vida, de emoción y de alma para que al llegar a nosotros sea un diálogo impreso y no un monólogo. Un diálogo que nos pasea por el mundo encantado del libro y que penetra hasta los estratos más profundos de las emociones. Aún cuando nos disguste porque comentaremos ese disgusto y tratando de justificarlo nos volveremos activos intelectualmente. Ahí tienen ¿Ven? Un libro siempre es una buena noticia.José Luis Zanetti
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