Prof. Irma Sotelo, restauradora
Soy autodidacta; es un don que me dio el Señor”
Visitamos a Irma Sotelo de Fiorotto porque nos interesamos en sus trabajos de restauración de imágenes y objetos decorativos, en especial el trabajo que realizó en la Virgen Dolorosa de la Parroquia San Antonio. Lo suyo es más que un hobby, es una pasión, es una entrega hacia los demás.
Irma comienza dicéndonos: "Estudié profesorado de dibujo y pintura, me dediqué a dar clase sobre esa materia en el Colegio San José, pero me entusiasmé más cuando vi que podía arreglar, restaurar diferentes figuras, imágenes, objetos que se desgastaban por el tiempo o porque se rompen por una caída. Desde chica tuve ese gusto, reparar, que todo volviera a ser como antes. Hay cosas que no se pueden por el gran deterioro, pero hay otras que quedan impecables. Esta tarea la postergué por mi trabajo en la escuela, el matrimonio, los hijos; me era imposible dedicarle el tiempo que merece."Más adelante comenta: "Una vez que me jubilé, me dediqué plenamente a la restauración de imágenes y de todo lo que me traían, no solamente figuras religiosas, sino que me traen objetos de arte, o una jarra, un florero, distintas esculturas." Con entusiasmo agrega: "Me daba cuenta que cuanto más trabajaba, más me iba perfeccionando."Le preguntamos si hizo estudios al respecto: "Acerca de esto no hice estudios, soy autodidacta. Considero que cada uno cuando nace trae un don; Dios nos da dones, nos reparte diferentes talentos a todos y nosotros tenemos que hacerlos fructificar y ponerlo al servicio de los demás. Por supuesto que no todos lo hacen y se han perdido grandes genios por diferentes circunstancias de la vida."En cuanto a los inicios de su tarea, Irma nos dice: "Comencé restaurando tres crucifijos de la Parroquia San José que me trajo el padre Francisco, Pancho. Probé distintas pinturas, colores, para que las imágenes quedaran lo más parecido a su época original. Más adelante, y ya más experimentada en esta tarea, restauré la imagen de San José que se lleva en las procesiones y hasta ahora está impecable ya que lo hago con una pintura que no se desgasta con los años.""A estas imágenes no hay que dejarlas tocar o besar,que lo hace la gente en su devoción ya que esa formase va desgastando la pintura o se vuelven a romper."Luego nos comenta de otras restauraciones: "Más adelante restauré la imagen de Ntra. Sra. de Pompeya, llevándola a todo su esplendor, con el mayor cuidado para que no se noten grietas o imperfecciones. Cuando el padre Roberto Crettaz estaba en la parroquia de Mansilla, me trajo todas las imágenes del altar, entre ellas una Virgen a la que llamaban "la manquita" porque se había roto una mano y lo disimulaban con un pañuelito. El tamaño de la imagen es de mi estatura, pero de a poco pude realizar el trabajo y logré hacerle la mano que le faltaba. Quedó hermosa y les pedí que la cuidaran mucho, ya que a estas imágenes no hay que dejarlas tocar o besar, que lo hace la gente en su devoción porque de esa forma se va desgastando la pintura o se vuelven a romper. En otra ocasión me trajo una Santa Teresita, que estaba tan mal pintada que me impresionó. Cuando la puse en la luz, le tomé una foto y como un milagro, salió hermosa. Eso me animó más a restaurarla y se la devolví preciosa."Luego agrega: "El año pasado trabajé en el Cristo que está en la cruz a la entrada de la Parroquia San Antonio. Tuve que armarle las manos que estaban destrozadas, no tenía dedos. Como es muy grande, traje los brazos, los arreglé, le hice los dedos, mientras un señor que está en la parroquia, le pintó el cuerpo, tratando de coincidir en los tonos."Luego pasamos a conversar acerca de una imagen de profunda significación en el Viernes Santo: "No hace mucho, la señora Angélica Berisso me pidió que arreglara la imagen la Virgen Dolorosa porque estaba muy deteriorada. Son imágenes que tiene muchos años, algunas desde el principio de la historia de la parroquia. Cuando comencé a desvestirla me encontré que estaba muy mal por la humedad, el encierro, la falta de luz. Recuerdo que en el suelo quedaban cantidad de restos que se desprendían de sus prendas. Tenía puesto dos vestidos y dos enaguas que las lavé y almidoné y quedaron hermosas. Le cambié todas las cintas y en cuanto a la capa, le saqué un forro que estaba muy roto, desprendí las puntillas y una amiga, Juana Borré de Bereciartu, que es costurera, se ocupó de rehacer el manto, con el mismo que tenía, pero sacando lo que estaba deteriorado y compramos algo de terciopelo.""La Virgen Dolorosa tiene un rostro perfecto,pero traté de suavizarle los rasgosque los tenía muy pronunciados."Sobre esta imagen nos dice: "La Dolorosa es una imagen de las españolas de principios del siglo pasado que se llaman imágenes vestidas. O sea que la imagen va desde la cadera para arriba, lo de abajo lo arma la vestimenta. Además le tuve que arreglar el cuello que estaba roto por una caída y lo sostenían con diferentes materiales. Le modelé un cuello nuevo, estilizado y quedó muy natural. Es un rostro perfecto, muy expresiva, pero traté de suavizarle los rasgos que los tenía muy pronunciados." Y agrega: "De la Parroquia de Gral. Galarza restauré las imágenes del Vía Crucis y aquí tengo una de las estaciones que se cayó y quedó destruida, pero pude recuperarla."En cuanto a los materiales que usa, Irma nos comenta: "Uso el parsec que es una macilla artesanal que endurece en poco tiempo, o enduido si son pequeñas imperfecciones o detalles, y pinto con acrílicos. Estos materiales se consiguen acá en casas especializadas. El acrílico Tenier es lo mejor, pero acá ahora no hay, lo que me lleva a mezclar tonos para lograr los colores. Esas pinturas son para tener en interiores. Por último le doy una mano de barniz que tiene que ser al agua, opaco, para los rostros puede ser mate o semi mate, o algunas cosas pude se puede usar el brillante, pero no en este tipo de imágenes."
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