La Revolución de Francisco
Es sabido que el pasado 13 de marzo el Cardenal argentino, Jorge Mario Bergoglio, fue elegido para ocupar el cargo mayor de la Iglesia Católica; esta noticia, causó estupor en gran parte del pueblo argentino y la región latinoamericana, acompañado de un de deseo de cambio y prosperidad social, vinculado a las actitudes que desde un principio ha desarrollado el Sumo Pontífice. Inundan hoy los medios nacionales y extranjeros todo tipo de información sobre este suceso religioso, tal es así, que algunos periodista se han atrevido a denominarlo como una revolución papal.
Ya como arzobispo, Bergoglio, demostraba que su humildad y preocupación por los más necesitados iba más allá de las cámaras televisivas; muchos son los testimonios que contemplan que realizaba una vida más que normal, visitaba a diario villas y barrios carenciados, y colaboraba con causas que muchos políticos mantenían en el olvido. Además, cabe resaltar que como figura política, fue un hombre de diálogo, vinculación y entendimiento, defensor de las ideas de justicia y democracia social, y del hecho que el Estado vele por los derechos de pobres y desprotegidos. Pueden ser estas razones de relacionar a Francisco con la línea política peronista, pero esto representa más una ilusión periodística que una realidad. Estas y muchas otras cualidades, hacen de Bergoglio la persona ideal para ocupar este cargo; pero, hablar de revolución, ¿no es mucho?. Pienso que todo comienzo despierta esperanzas de mejorar, de regeneración o de un volver a empezar positivo y más eficaz; sería apresurado decir que el nuevo Pontífice va a lograr cambiar la inestable y desigual realidad mundial, pero es seguro que posee las herramientas para intentarlo. Quizás, el hecho de que sea proveniente de latinoamericana, podrá posibilitar la unión y el desarrollo de un territorio sumergido en una crisis encabezada por incertidumbres económicas y un importante desequilibrio social. De esta manera, sólo basta esperar; así, creo aconsejable que dejemos de colocar en el foco de las miradas el desempeño del Papa, quien aún tiene mucho por realizar, y estoy seguro que continuará su misión basándose en la austeridad, humildad y la fieldad al mensaje de Jesucristo que lo caracterizan.Agustín Curuchet
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