“Técnicas simples para gestionar el estrés diario”- Por Paula Benedetti Healt Coach
El estrés sostenido no solo agota el cuerpo: también endurece los vínculos, nos vuelve reactivos y nos aleja de nosotros mismos. La buena noticia es que podemos entrenar una forma distinta de vivir el día a día, aun con responsabilidades, exigencias y apuros.
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¿Qué es el estrés?
Es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones que se perciben
como una amenaza.
Se activa frente a la presión, el miedo, la sobrecarga o los desafíos
cotidianos.
El problema es que el cuerpo cree que estamos en peligro todo el
tiempo, y esto trae consecuencias como irritabilidad, falta de empatía,
trastornos del sueño, cansancio constante, cambios de humor, dolores
físicos y pérdida del disfrute.
“No estamos viviendo mal… estamos viviendo en modo supervivencia”.
¿Qué ocurre en nuestro cuerpo cuando estamos estresados?
Cuando el estrés se vuelve crónico, el cuerpo no solo “se siente mal”:
funciona distinto.
El cerebro activa una “alarma” y no distingue bien entre una discusión, un
problema laboral o una amenaza real. Para él, todo puede ser peligro.
Entonces entra en acción el llamado modo supervivencia, que implica:
Activación de la amígdala cerebral
Puesta en marcha del sistema nervioso simpático
Liberación de adrenalina y cortisol
Estado constante de alerta
Las consecuencias físicas y emocionales
El corazón se acelera, aumenta la presión arterial y la respiración se
vuelve corta y rápida.
La respiración se vuelve superficial, generando más ansiedad y un
círculo vicioso: Menos oxígeno → más nerviosismo → más tensión.
La digestión se altera, aparecen molestias gástricas, inflamación,
cambios en el apetito.
Dormimos mal, cuesta conciliar el sueño o descansar profundamente.
El cuerpo se contractura, aparecen dolores de cuello, espalda,
cefaleas.
Pensamos peor, disminuye la concentración, la empatía y aumenta la
reactividad emocional.
Técnicas simples para el día a día
Respiración para volver al presente
Cuando te sientas acelerado:
Inhalá por la nariz contando 4
Sostené el aire 2 segundos
Exhalá por la boca contando 6
Repetí 6 veces
Respirar lento le avisa al cuerpo que está a salvo.
Pausa consciente
Antes de reaccionar, frená 10 segundos y preguntate:
¿Qué estoy sintiendo?
¿Qué necesito ahora?
¿Esto puede esperar?
Pausar también es avanzar.
Mover el cuerpo
No hace falta ejercicio intenso. Caminá, estirá, sacudí brazos y piernas.
El cuerpo libera primero lo que la mente no puede.
Descanso mental
Reducí estímulos:
Menos pantallas
Momentos sin celular
Comer sin distracciones
Silenciar notificaciones innecesarias
La mente también necesita silencio.
No lo guardes todo
Hablar sana. Escribir alivia. Pedir ayuda no es debilidad.
Conclusión
No podemos controlar todo lo que ocurre, pero sí decidir cómo transitarlo.
Cuidarte no es perder tiempo: es ganar salud y calidad de vida.
Paula Benedetti – Health Coach
Tel: 3444-627988
IG: @paula_healthcoach/FB: paulabenedetti