Cultura: II Concurso Fotográfico
La Dirección de Cultura de la Municipalidad, presenta el segundo Concurso Fotográfico, denominado "José Sajnin, un fotógrafo de sociales"
Desde la Dirección de Cultura, dependiente de la Secretaría de Turismo, Cultura y Deportes de la Municipalidad de Gualeguay, presentan el II Concurso Fotográfico que este año lleva el nombre de "José Sajnin" como un merecido reconocimiento a quien fuera uno de los cultores en el arte fotográfico de nuestra ciudad, así como en el año 2020, homenajeamos a Mirdjan Kayayán.
Esta Dirección cree que es importante hacer historia y rescatar a aquellos artistas que marcaron una época y legaron sus obras a través de una imagen en papel. Aquellos fotógrafos supieron ejercer su profesión con dedicación y compromiso, logrando en algunos casos, conformar equipos de trabajo, lo que derivó en el perfeccionamiento de jóvenes que incursionaron en fotografía, incentivándolos a crecer en ese camino. En contacto con su hija Sandra Sajnin, rescatamos parte de esta increíble y apasionante historia de vida...
Dora Marckman (de Minsk, Bielorrusia) y Bernardo Sajnin (de Ucrania), tuvieron tres hijos: León, José y Jaime. Bernardo era chatarrero, compraba y vendía metales y otros elementos de desecho que eran valiosos para la fundición en tiempos de guerras en Europa. José veía con buenos ojos el trabajo que realizaba su padre, pero Bernardo no compartía la aspiración de su hijo. "Siendo chatarrero vas a vivir sucio y vas a ser nadie, en cambio como fotógrafo, ¡vas a ser un señor!". Esta afirmación echaría por tierra las inquietudes de José. Dora y sus tres hijos fueron fotógrafos, a consecuencia de la visión que tuvo su esposo, quien, en cierta ocasión, y viendo quizás una posibilidad de trabajo en ello, le pidió a un fotógrafo que andaba de pueblo en pueblo, que le enseñara su oficio a Dora, a cambio de casa y comida. Ella, no solo logró aprender este arte, sino que además les transmitió a sus hijos esos conocimientos como una manera de que ellos pudieran ganarse el sustento en esos tiempos tan duros.
La imperiosa necesidad de generar recursos para sostener a su familia, fue la llave que abrió esa puerta y que hoy se nos revela como una hermosa historia realmente conmovedora, historia de trabajo, dedicación, sacrificio, supervivencia y esperanza.
La familia luego se dispersó: León, el hermano mayor de José, se radicó en Rosario del Tala y Jaime, el menor, en Basavilbaso, aunque en la actualidad vive en Córdoba. José decide quedarse en Gualeguay e instala su laboratorio fotográfico en calle Primer Entrerriano, próximo a calle San Antonio, donde alquila dos habitaciones. Allí hace sus primeras armas, siempre con la asistencia de su esposa, Aurora María Andrada y, al cabo de un tiempo, logran reunir una clientela interesante.
En aquellos años no era común que las familias contaran con cámaras fotográficas y, este hecho, sumado al auge de la fotografía social, permite que José se dedicara de lleno a cubrir acontecimientos sociales y familiares como bautismos, cumpleaños, casamientos, aniversarios y hasta velorios.
Sajnin comienza entonces a captar con su lente todos los eventos de la sociedad gualeya, siempre con ese espíritu de superación que lo lleva a perfeccionarse. Es así que se relaciona
con el célebre fotógrafo argentino Pedro Luis Raota, con quien adquiere mayor dominio y conocimiento en cuanto a técnicas de iluminación y enfoque, aspectos que, lógicamente, constituyen un aporte a la calidad de su trabajo en la etapa de sus retratos y, luego, en los murales que se montaban sobre bastidores de madera.
De esta manera, con su empuje y ansias de superación, logra tener su estudio en la intersección de calles Rivadavia y Urquiza, en donde se afianza como un fotógrafo reconocido y solicitado de la ciudad. Su estudio creció en prestigio y en número de empleados, ya que logró reunir 16 personas que trabajaban como laboratoristas, talleristas, fotógrafos, etc., ya que los fines de semana se habían vuelto intensos en fiestas y reuniones diversas, donde había que cubrir en simultáneo varios acontecimientos. De esos equipos de trabajo, surgieron jóvenes fotógrafos, como Aldo Giménez, quienes -animados por José- lograron independizarse y abrir sus propios estudios.
José Sajnin retrató a personajes callejeros muy conocidos en esos tiempos y que ya pertenecían al paisaje de nuestra ciudad. Retratos gigantes de "La loca" María (como todos la llamaban), Camejo, Tonino, la Familia Feliz (eterna animadora de los corsos) y otros, se exhibían en las vidrieras de Urquiza y Rivadavia.
Su hija Sandra nos cuenta que en cierta ocasión, María se acercó a la vidriera del local y, viendo su propio retrato, exclamó: "¡Mirala vos, a ella!", frase que ha quedado en el anecdotario gualeyo.
Muchos hogares de Gualeguay atesoran fotografías captadas por Foto Estudio Sajnin como recuerdos, como documentos, como imágenes que hablan de momentos importantes para cada familia y que perdurarán como verdaderos trofeos.
José Sajnin nos deja siendo muy joven, a los 54 años. Pero su recuerdo perdurará en cada foto, en cada momento captado por su cámara.
La Dirección de Cultura de la Municipalidad de Gualeguay lo reconoce hoy con este Concurso que lleva su nombre, modesto homenaje a su vocación y a quien honró su profesión con absoluta responsabilidad y entrega y agradece a Sandra Sajnin, su hija, y a Liliana Cichero de Sajnin, su nuera, quienes brindaron información y documentación.