Pbro. Jorge H. Leiva
La Hostia, el Patrono y Cáritas
Las jornadas previas al comienzo del invierno coinciden con los días de conmemoración a san Antonio.
Quiso también la Providencia- que nada olvida- que en estos días llevemos adelante lo que en la historia de la Iglesia se ha dado a llamar “la Procesión de Corpus”. En efecto, para reafirmar la fe católica en la presencia de Jesús en la Hostia, una vez al año, se exhibe el Sacramento, de modo solemne, por las calles con el fin de que el Pueblo fiel perciba cómo el Resucitado se inserta en el corazón de las realidades cotidianas. Ahora bien, los invito a reflexionar sobre tres escenas: La Hostia, un burro, San Antonio. Según la historia, cuando san Antonio de Padua se encontraba en Francia, tuvo una discusión con un hereje llamado Bombillo porque ese señor no creía que Jesús estuviera presente en la Eucaristía. Entonces, como el hombre tenía un asno que había estado en ayunas durante tres días, el santo puso delante de la bestia, por un lado, un poco de hierba y, por otro, la Sagrada Comunión.
Cuando el animal vio la “custodia”, se arrodilló con la devoción que su dueño no tenía.
El sentido del humor de la anécdota nos muestra cómo en algunas ocasiones hay bestias más sabias que los hombres: San Antonio nos recuerda ante quién tenemos que arrodillarnos en la vida para evitar postrarnos ante falsos dioses.
Continuemos: La Hostia y el primer cura de Gualeguay. Nuestra comunidad tiene otra historia respecto a la Santa Hostia poco conocida, pero bien documentada por la historiadora María Elena Barral en su libro “Curas con los pies en la tierra”.
Para enfrentar al juez Méndez - de dudosa fama- el primer cura de Gualeguay, el Padre Andrés Quiroga y Taboada, llamado a comparecer ante ese funcionario, se presentó con la Santa Comunión tocando las campanillas propias de las pequeñas procesiones que tenían lugar cuando era llevada a los moribundos: el cura revestido con los ornamentos sagrados y al lado de la Santa Hostia quedó libre de las amenazas del señor Méndez pues apeló a la táctica usada en ese momento de la historia para defenderse del abuso de autoridad: El sospechado funcionario no tenía potestad en el momento en el que el cura ejercía su ministerio.
Por último: La Hostia, nuestra ciudad y nuestro tiempo. Este sábado luego de la Misa en el histórico templo de San Antonio, los fieles de las tres parroquias caminarán junto a la “custodia” que lleva el Cuerpo de Jesús por las calles de la plaza Constitución para adorar y reconocer públicamente que no hay otro Rey en el Universo y que conocerlo, seguirlo, celebrarlo y amarlo vale la pena. Junto con el reconocimiento del Resucitado presente en el Pan consagrado tendremos oportunidad de servirlo en la persona de los pobres ya que en estos días tendrá lugar la colecta anual de Cáritas con el lema: “Mirarnos, Encontrarnos, Ayudarnos”.
Al respecto, la Madre Teresa nos hablaba de “ser contemplativo en el corazón del mundo. Ver y adorar a la presencia de Jesús, especialmente en el aspecto humilde de pan, y en el penoso disfraz de los pobres”.