19 de marzo de 1940
La sombra del Dr. Leandro Alem
“Estampas gualeguayenses” se llama el artículo con que “EL DEBATE” del 19 de marzo de 1940 evoca al tala que estaba plantado en lo que actualmente es el predio de Sociedad Sportiva y que diera sombra al banquete ofrecido en honor del Dr. Leandro N. Alem, en su paso por nuestra ciudad.- El relato, cuyo autor no se nombra, fue publicado “EL DEBATE” en 1940 y merece ser transcripto casi en forma textual, adecuando sólo algunos términos de la época. Esa reseña recuerda la existencia de un árbol de tala que fuera engalanado en oportunidad del banquete extraordinario ofrecido como demostración a la visita que el Dr. Leandro N. Alem hiciera a nuestra ciudad hace unos ciento veinte años.
La calle Ayacucho (hoy Belgrano), camino de la Estación del Ferrocarril, asfaltada dice el artículo de 1940, se prolonga como una ancha cinta de opacas tonalidades a la tarde; que ensombrece el crepúsculo. Dejando lejos las casas coquetas y blancas, llegamos a los terrenos adquiridos para la creación del Parque España, que en esos tiempos ya era ocupado por una cancha de fútbol. El fin del recorrido es visitar un árbol, un viejo tala, a cuya sombra era fama que fue servido el banquete servido en honor de Alema, en el memorable viaje que realizara a Gualeguay en épocas muy lejanas; y en el cual fue rodeado de radicales de pura cepa, de los cuales algunos vivían para los tiempos de la crónica. Según la tradición, el día en que se agasajó al líder radical, en el tronco principal se había colocado un retrato del Dr. Alem y se engalanó el árbol con banderas radicales y argentinas. El predio era por entonces propiedad de la Sociedad Española como era más conocida. Resultaba imposible determinar la edad del viejo tala, pero todavía se mostraba fuerte y coposo. En su fronda anidaban pájaros y su sombra continuaba siendo, como en aquellos días de legendarias campañas políticas, hospitalaria y amable. Evoca al gran idealista radical, embriagado de un anhelo imposible y llegando al sacrificio de su propia vida al lema de sus principios. Anochecía ya. Los primeros focos que se encendían arrojaban una luz difusa sobre el pavimento. El regreso llevaba atraso, mientras temblaban los últimos fulgores del crepúsculo.Al penetrar de nuevo las calles céntricas parecía terminar un sueño; las imágenes del pasado desaparecían, pero dejaban en el espíritu la duce nostalgia por las cosas que se fueron...
ESTE CONTENIDO COMPLETO ES SOLO PARA SUSCRIPTORES
ACCEDÉ A ÉSTE Y A TODOS LOS CONTENIDOS EXCLUSIVOSSuscribite y empezá a disfrutar de todos los beneficios
Este contenido no está abierto a comentarios