Luctuoso suceso en 1914
Una reyerta familiar terminó con la vida de un vecino. Su ejecutor fue un conocido comerciante del medio con distinguida casa de negocios que ya forma parte de la historia misma de la ciudad. Gualeguay, por esos días estaba siendo sometida a los rigores de las proverbiales y recurrentes crecientes del río, lo que determinaba la búsqueda de soluciones permanentes.-
El domingo 17 de mayo de 1914, alrededor de las tres de la tarde, el vecindario fue sobresaltado por varias detonaciones de revólver. Alertado del hecho, el cronista de "EL DEBATE" que publica su artículo el lunes 18, se acercó al teatro del suceso. A raíz de una disputa por la querella que se ventilaba desde hacía algunos días en el Juzgado del Crimen, interpuesta por "malos tratamientos" recibidos de su esposo, por parte de la señora María Elvira Ch de C. ("EL DEBATE" publica entonces los nombres de los protagonistas en forma completa); don José C. (h), su marido, disparó sobre Manuel Ch., padre de la señora, en la propia casa del primero. Fueron cuatro tiros de revólver, de los cuales tres dieron en el blanco hiriendo al sr. Manuel Ch. de extrema gravedad en varias partes del cuerpo, sufriendo como consecuencia un gran derrame de sangre, a juzgar por el reguero que se veía en la puerta de calle. Como resultado de las tremendas heridas, la víctima falleció. La causa inmediata del hecho parece haber sido que el señor Manuel Ch. se negaba a entregarle al señor José C. a su hijo de corta edad en poder de su madre. Desde el primer momento se hizo presente en el lugar el señor Thompson, secretario de policía, concurriendo más tarde un comisario con sus agentes. Una multitud de gente colmó las adyacencias casi al instante. El señor José C. se entregó preso en la Policía. El miércoles 20, "EL DEBATE" continúa con la crónica del hecho de sangre, como lo titula, aclarando que había omitido decir que todos los datos publicados habían sido recogidos entre el público que se había reunido en el lugar, convencido que era la única manera de tener acceso a los acontecimientos, ya que siempre se sufrían entorpecimientos si querían recabarse informes en fuentes fidedignas.Lea más en la edición impresa en papel
